lunes, 21 de marzo de 2011

Liberemos libros

Oseano es de la genial Beatriz Torres, también conocida como Zirta 

El refranero popular dice que quien presta un libro es un tonto, pero más tonto aún es el que lo devuelve. Por eso ya hace rato que dejé de prestar libros. En realidad nunca me gustó prestar libros, porque sé que no vuelven, y si lo devuelven, nunca es en el mismo estado en el que lo presté. En cambio sí he conocido mucha gente que me prestó sus libros, porque saben como los cuido. La gente que me conoce sabe que trato a mis libros casi como Gollum al anillo único. Bueno, tanto como eso no, pero más o menos se dan una idea. (Para el que no tenga idea de que estoy hablando, Gollum es un personaje de El Señor de los Añillos, de Tolkien. Para el que no leyó los libros, me imagino que en alguna película lo habrá visto)
Como decía antes, no me gusta prestar libros. Pero regalarlos, es otro tema. Quien regala un libro esta dando mucho más que un libro. Le esta dando al otro una puerta a otro mundo, para que pueda aprender, emocionarse, divertirse, asombrarse, asustarse, maravillarse, conocer otras culturas, otras ideas, otros mundos, viajar en el tiempo, o al espacio, o quizás al interior de uno mismo. Las opciones son ilimitadas.
El que disfruta leer sabe que gracias a los libros tiene un mundo de posibilidades. Además de disfrutar los libros ¿Qué más podemos hacer con ellos? Compartirlos.
Pero si yo no quiero prestar mis libros, lo mejor que puedo hacer es regalar otro ejemplar. Pero así sólo puedo beneficiar a mi círculo más cercano (mi familia y mis amigos). Entonces, ¿Cómo puedo ampliar el círculo de personas a las que beneficio regalándoles un buen libro? Regalando libros a gente que no conozco, para que también pueda disfrutar un buen libro. Así nació el bookcrossing.

Podría decirse que el bookcrossing o la liberación de libros funciona de manera similar a una red social, formada por lectores y libros que circulan libremente. Sé que muchos pensarán que el que encuentre un libro no lo va a volver a liberar, y que el nadie va a querer deshacerse de un libro. Sin embargo, mucha gente adhiere al bookcrossing. En cuanto a la honestidad de la gente, sobre volver a dejar o no el libro, no siempre tendremos suerte. Pero lo importante es plantar la idea, y que se difunda. Mientras más gente conozca el bookcrossing, más gente deseará participar liberando libros, por la sencilla razón de que quien disfruta leer, también disfruta compartiendo lo que le gusta con otros. Si podemos ser solidarios cuando otros nos necesitan, también podemos compartir la educación y la cultura.
Hoy se organizó por Facebook una liberación masiva de libros.
Yo voy a liberar algunos, y espero algún día encontrar algún libro liberado. Hasta la próxima.

martes, 15 de marzo de 2011

Empresa invasiva-agresiva

Josh Comic pertenece a Josue Candia
El martes 1ro de marzo, cerca de las diez de la noche llamaron a mi casa de una compañía de seguros (no recuerdo el nombre) pidiendo hablar con un titular de una tarjeta de crédito. Le dije que no tenía.
- Pero si en la base de datos que tenemos me figura que tiene tarjeta. – insistió el tipo.
Eso me hizo enojar. ¿Qué derecho tiene un desconocido a llamarme a mi casa y preguntarme si tengo o no tarjeta de crédito, y encima admitir que tiene datos míos que yo no le di? No soy tonta. Sé que todas las empresas venden datos de sus clientes, que deberían ser confidenciales. Pero eso no le da derecho a insistirme que comparta mis datos si yo no lo deseo hacer. Le dije que no nuevamente y corté.
El mismo pelmazo volvió a llamar una y otra vez. La segunda vez dije que no estaba interesada. A la tercera creo que corté sin atender. Pero igual siguió llamando. No me dejaba tranquila ni para ir al baño. Entiendo que es una persona que esta trabajando y que no lo hace por gusto, pero todo tiene sus límites.
La última llamada que atendí, me respondió otra persona. A toda costa querían hacerme conocer los beneficios de su servicio. Al parecer si no le ponía punto final me iban a seguir molestando por el resto de la noche, y yo no estaba dispuesta a soportarlo.
- Mirá, estoy esperando noticias de un familiar internado, así que te pediría por favor que dejen de ocuparme el teléfono con boludeces, puede ser?
Corté sin esperar su respuesta. Sé que la persona que llama no tiene la culpa de que los obliguen a insistir, pero yo ya estaba cansada de su acoso, había dejado muy claro que no estaba interesada, y lo que le había dicho era cierto, lo cual me tenía bastante nerviosa. Sólo le mentí cuando le dije que no tenía tarjeta de crédito, detalle que no pensaba discutir con un desconocido.
Al día siguiente llamaron de nuevo. Menos mal que yo no estaba en mi casa, o de lo contrario hubiera perdido la poca compostura que me quedaba. ¿Qué ganan con un acoso así? Lo único que logran es que la gente se lleve una pésima impresión de dicha empresa. ¿Usted contrataría un servicio de una empresa que lo acosa de esa manera? Y, lo que es peor, logran que la persona que se siente acosada le trasmita esa mala impresión a toda la gente que conozca.
Hace algunos años cuando visité Ciudad del Este en Paraguay, me pasó algo similar, esta vez con vendedores ambulantes. Como mucho sabrán, Ciudad del Este es un lugar que vive del comercio libre de impuestos, por eso mucha gente aprovecha para comprar lo más reciente en tecnología y electrónica, o perfumes importados. También tiene una cantidad impresionante de vendedores ambulantes. El problema es que sin siquiera llegar a hacer contacto visual, ellos te persiguen un par de cuadras con tal de hacer una venta. Y no exagero.
La importantísima lección que quiero rescatar de todo esto es que un emprendedor no debe utilizar jamás esta clase de acoso, porque lo único que conseguirá es rechazo. No estoy diciendo que no se pueda insistir a una persona que nos dice que no. Pero una cosa es insistir, y otra muy diferente es acosar hasta hacer enojar o molestar a la otra persona. Hay que saber cuando es momento de retirarse. Y si bien eso es algo que se aprende con la experiencia, también hay que usar un poco de sentido común. Sentido, que por lo visto, esta compañía de seguros no tiene. Hasta la próxima.
La venganza de Liniers contra las empresas invasivas


miércoles, 9 de marzo de 2011

Mujeres Emprendedoras de Iguazú


Aunque un poco tarde, quiero celebrar el Día Internacional de la Mujer con un especial homenaje a las Mujeres Emprendedoras de Iguazú.

El sábado 15 de enero me despedí de la Ciudad de Buenos Aires y salí de vacaciones rumbo a Misiones. El domingo arribamos a Puerto Iguazú por la mañana y nos dedicamos a recorre la ciudad a pesar del calor agobiante. Así conocí la feria de las Mujeres Emprendedoras de Iguazú. Esa misma noche volví cuando la feria estaba en funcionamiento. Hace un año iniciaron sus actividades con la ayuda de la vicegobernadora de Posadas, Sandra Giménez.

“Todas las mujeres sabemos hacer cosas, ya sea un pan, coser o bordar, todas sabemos hacer algo. Entonces a partir de eso, de vos saber preparar un pan o hacer un bordado, vos ya sos una emprendedora. Podés poner tu propio negocio o vender en tu casa. Entonces a partir de eso, la vicegobernadora generó una exposición, ahí todas las emprendedoras que hacían algo tenían que ir a mostrar sus productos.”

Cuando empezaron eran alrededor de cuarenta, pero luego se separaron por un lado las que hacían reventa de productos, y por otro las que hacían artesanías. También había un sector de comidas típicas regionales, pero tuvieron que cerrarlo porque no contaba con la autorización de bromatología para la venta de alimentos.
“Que tengas reventa no significa que no seas emprendedor. La plata te entra para sustentarte y a su vez tenés que comprar mercadería, o sea que vos sos un emprendedor, ya tenés tu emprendimiento que vos solito vas formando y creciendo.”
“Por medio del gobierno de la provincia conseguimos para hacer un taller acá. (…) El taller es de artesanías en general”. (… )“Las mujeres que venían acá aprendían a hacer algo, lo que la profe hacía era ayudar a crear a las mujeres y de paso vendíamos acá. Entonces acá ya tenía su salida laboral.”
“La profe”, como la llaman, enseña tejido, cerámica fría, reciclado, entre otras cosas. Ellas mismas decoraron los árboles de la feria con flores hechas con envases de plástico pet. Y la municipalidad se sumó a la actividad reciclando CD para elaborar árboles de navidad para decorar la plaza Victoria. Pero más sorprendente todavía son las carteras hechas de tiras de plástico de botellas recicladas.
“No tiramos nada” me dicen. “Gracias a Dios tenemos un hermoso clima, una hermosa tierra, tenemos piedras preciosas, tenemos todo lo de la naturaleza. Ocupamos todo, ya sea piedra, ocupamos para hacer artesanías, lo que sea mate, lo que sea coco.”
Me voy con la sensación de haber recibido una gran lección. Estas mujeres se enfrentan día a día con dificultades de toda clase (no siempre el clima les permite trabajar en la feria, ya que está a la intemperie, aún carecen de un espacio físico resguardado para hacer los talleres de enseñanza para otras mujeres y tuvieron que dejar la venta de comidas típicas por no conseguir el permiso para la venta de eso productos, entre otras cosas) y sin embargo, siguen adelante. Las dificultades no parecen desanimarlas. O quizás sí lo hacen, pero entre todas encuentran la fortaleza para superarlas.
Ellas son artistas, porque crean a partir de lo que tienen a mano, incluso a partir de los desperdicios. Son las maestras que enseñan a otras mujeres a coser, a bordar, a tejer, a reciclar. Son las comerciantes que atienden sus negocios. Son las que negocian con otras emprendedoras para canjear sus productos. Ellas desafiaron los obstáculos e hicieron todo lo necesario para iniciar el taller. Y todo lo hacen sin dejar de ser madres, hijas, esposas, hermanas. Y ellas no son las únicas. Hace poco conocí por medio de Facebook a las Mujeres Emprendedoras de Quilmes.
Donde hay un grupo de mujeres, hay una comunidad que crece. Desde aquí quiero homenajear a las mujeres que nos precedieron y nos legaron su ejemplo, a las que hoy se están abriendo camino y a las que continuarán transitando nuestra senda en el futuro. Hasta la próxima.


Esta es la pagina de facebook de las Mujeres Emprendedoras de Iguazú

martes, 1 de marzo de 2011

¿Quién quiere ser superhéroe?

Justifica tus limitaciones y ciertamente las tendrás.
Richard Bach

Ayer tuve uno de esos días que te dejan física y mentalmente agotados, en los cuales el deseo más grande que tenemos es que por fin llegue la hora de ir a la cama para poder descansar. Pero es justo en esos días crueles en los cuales ese momento parece no llegar nunca. Así se materializaron ante mí todos los ingredientes para un día de pesadilla:
Un compromiso con una doctora en un horario en el que cualquiera en su sano juicio preferiría estar durmiendo, una laaarga espera (que siempre me encuentra sin paciencia) para un simple análisis, para finalmente dejarme plantada (seguro que la técnica del laboratorio que yo esperaba se quedó durmiendo, que es lo que yo hubiera querido hacer), un subte que se fue cuando yo llegué al andén, otro subte cuya lentitud me ayudó a llegar tarde al trabajo, una cola interminable en el banco (para finalmente enterarme que las facturas de ARBA vencidas no las cobran), un simpático taxista que al parecer le gusta correr y salpicar a la gente con el agua del cordón, y para rematar, un corte en avenida Córdoba por reparaciones que hizo que el regreso a mi hogar se extienda media hora más.
A esta altura del día, cada célula de mi cuerpo pedía descanso a gritos y yo trataba de hacer de cuenta que no escuchaba, porque aún me quedaba hacer frente a una pila de platos para lavar y a una cama sin sábanas. Si no fuera porque no hubiera estado muy cómoda, me hubiera tirado vestida sobre el colchón pelado. En algunas ocasiones lavar los platos me predispone a la filosofía, y esta, no sé por qué motivo, era una de esas noches. Me puse a pensar que en días así quisiera tener las habilidades de la Mujer Maravilla, para poder sortear cualquier clase de dificultad sin llegar a la noche como si me hubieran molido a palos.
Pero si así fuera, ¿qué merito tendría? Lo grandioso de la humanidad en general y de cada persona en particular, lo que de verdad nos hace grandes, es poder hacerlo todo a pesar de nuestras limitaciones, a pesar de nuestras debilidades y a pesar del eterno cansancio que nos acompaña desde que aterrizamos en el mundo de las responsabilidades diarias (ya sea trabajo, estudios o un poco de ambos). Somos capaces de hacer mucho más de lo que nosotros mismos creemos. Esto no significa que debemos trabajar y trabajar hasta caer extenuados. Cada uno conoce sus propios límites. Lo que estoy diciendo es que somos capaces de sobreponernos. Siempre. Y que podemos hacer más, a pesar de nuestras limitaciones. Después de todo, la mayor parte de ellas está en nuestra mente. Está en cada uno decidir si desea superarlas o no. Por supuesto que no es tarea fácil, pero vale la pena. Hasta la próxima.

Esta tira pertenece a Mafalda 9, del genial Quino



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