“Un buen libro no es
sólo un libro. No sólo son datos, información o conocimiento. Es sabiduría y es
vida. Es mucha vida. Es abrir la ventana del intelecto y del corazón. Es
sentir, pensar, reír, llorar…vivir.”
Con esta introducción Álex Rovira Celma encabeza al final de
su libro La brújula interior, una
lista de libros que según él, son “un
remedio ideal, no agresivo y a menudo homeopático en momentos de tristeza,
despiste, desasosiego, o simplemente de felicidad inquieta a la búsqueda de
respuestas.” Él no pudo poner su propio libro en esa lista, quizás
porque quedaría soberbio o redundante, pero La brújula interior tiene los méritos necesarios para merecer un
lugar en ella. Es imposible reducir un libro como este en un breve resumen
porque cada una de sus páginas esta pensada para dejar una enseñanza. Este
libro consta de 25 cartas dirigidas a un misterioso y evasivo jefe, pero en
realidad son más dirigidas a él y a nosotros mismos. En cada una nos platea una profunda reflexión
sobre:
·
la falta de satisfacción laboral o personal,
·
el miedo al cambio, aunque sea una situación que
no nos satisface,
·
la frustración por no vivir la vida que siempre deseamos
·
los talentos ocultos que poseemos sin saberlo
·
las oportunidades que nos presenta la vida y que
dejamos pasar si no las sabemos descubrir
·
los paradigmas mentales que nos condicionan y no
nos permiten desarrollar todo nuestro potencial
La brújula interior nos
brinda la oportunidad de descubrir nuestros deseos latentes, como podemos iniciar
los primeros pasos para cambiar de rumbo y alcanzar nuestras metas. Es un
camino que sin duda vale la pena recorrer. Hasta la próxima.
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