Creo que
sólo con darles un vistazo se me fue el alma al piso y quise abandonar el
proyecto incluso antes de empezarlo. “No sé nada de economía, no tengo ninguna
chance” fue lo primero que pensé al leer los anteriores trabajos ganadores. No
sé porque extraño motivo, aún así tenía ganas de participar, aunque mis dudas
seguían conmigo.
A veces es
curioso como suceden algunas cosas. Estaba inmersa en mis cavilaciones cuando
tomé un libro que tenía debajo de mi escritorio. El libro se llama Nietzsche
para estresados, de Allan Percy. Lo abrí al azar, sin buscar nada en particular
(cada página tiene una cita) y la página que encontré decía así:
“Nuestras carencias son nuestros mejores
maestros, pero siempre mostramos ingratitud hacia los buenos maestros.” Esta cita estaba ilustrada con la historia del
violinista israelí Itzhak Perlman.
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