Cosas que te pasan si estás vivo, de Liniers |
El lunes 30 de julio fui a una zapatería para
comprar una pomada que cubra unos feos rayones que tenía en unas botas nuevas.
- A las botas de cuero se les pone pomada,
pero a las de cuerina no se les pude poner nada.
- ¿Y se puedan tapar los rayones con alguna
tintura?
- No, va a quedar de un color diferente y se
va a notar.
Me fui sin poder creer que no me dieran
ninguna solución. Por la noche le conté el problema a mi mamá (las madres
siempre tienen una solución para todo), y me dijo que tape los rayones con un
marcador negro indeleble (ya que las botas son negras). No tenía nada que
perder, así que probé su sugerencia. El marcador tapa los rayones y sólo mirando
las botas de cerca y con mucha luz se notaba un brillo que delata la
corrección. El resultado fue mejor de lo que yo esperaba.
Unos días después se largó a llover. Los
chicos de tesorería (que siempre vienen a la oficina a tomar mate a las cuatro)
llegaron pasados por agua. Uno se sacó los zapatos para secarlos cerca de la
estufa y nos mostró el sistema que ideó para no mojarse las medias: cortó las
puntas de un folio y se puso una en cada pie.
Con esto quiero mostrar que las soluciones
creativas a los problemas no tienen que ser complejas o costosas. A veces sólo
es necesario agudizar el ingenio para encontrar soluciones efectivas a
problemas cotidianos. Estimular la creatividad para encontrar soluciones nos
será de mucho provecho para cualquier proyecto que emprendamos. Hasta la
próxima.
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