Yo conmigo es del genial Fabián Zalazar |
Volviendo del trabajo, iba yo ensimismada en los pequeños conflictos que abrumaban mi mente: “Otro día más sin luz y sin agua, la bomba del edificio se quemó y no quiero ni imaginar lo que la van a cobrar en las próximas expensas, la casa está hecha un despelote, esta semana no pude adelantar nada de trabajo ni actualizar el blog…”
Tenía argumentos para seguir amargándome un rato más, pero me cruce con un hombre que tampoco tenía luz, ni agua, ni bomba de agua de que preocuparse. No paga expensas, no tiene casa ni trabajo. Y me sentí una imbécil.
Me dí cuenta que en vez de quejarme por los problemas que tengo, primero tengo que dar gracias por lo que tengo. Segundo, solucionar lo que esté en mis manos solucionar. Y tercero, buscar ayuda para lo que escapa de mis capacidades. Hasta la próxima.
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