jueves, 20 de mayo de 2010

El momento es ahora

Pequeña perla de sabiduría de Alfredo Murillo Soto, también conocido como Zelgadis

"Qué pena lo que queríamos ser de grandes, lo que volvimos enloquecidos tan negociable."
Zambayony, Las horas perdidas

Ayer pasó por mi oficina un compañero de trabajo que no veía hace mucho tiempo. Mientras nos ponía al día de su vida nos confesó: “Siempre pienso que, cuando me retire, me gustaría pasarme las 24 horas pintando. Creo que si pudiera no dormiría, así podría estar más tiempo pintando… y hoy no tengo tiempo ni de ponerme a hacer un mísero dibujo. Es increíble cómo se deja la vida en el trabajo. Yo tengo 47 años y desde los 16 que laburo acá”. Noto que un tópico muy común en muchas conversaciones es “me gustaría…pero no tengo tiempo”. Estamos acostumbrados a posponer indefinidamente lo que deseamos porque pensamos que tenemos todo el tiempo del mundo, y lamentablemente, no es así.

Con el ritmo de vida que lleva mi compañero (se jacta de no ir nunca a ningún médico, no hace ningún tipo de ejercicio y esta tratando de dejar de fumar), él mismo especulaba que quizás un día no muy lejano le podía pasar lo mismo que a Gustavo Ceratti (que tuvo recientemente un accidente cardiovascular), y que si le pasaba eso o algo similar, iba a lamentar no haber podido cumplir su sueño.
Le dije que no tenía que esperar que algo malo le suceda para lamentarse de lo que no hizo, que tenía que hacer lo que deseaba AHORA. Los sueños no desaparecen sólo porque busquemos excusas para ignorarlos. Si no es ahora, cuando? La vida no nos espera, si la dejamos pasar, nos pasa de largo. Si deseamos algo, tenemos que ponernos objetivos concretos para obtenerlo y comenzar a buscar los medios para llevar a cabo nuestros sueños AHORA MISMO. Tenemos un tiempo limitado de vida, por eso mismo no debemos perder nuestro valioso tiempo en cosas que no nos hacen felices.
Ojo, no pretendo que nadie deje mañana mismo un trabajo rentable por perseguir una quimera que nos alimentará el espíritu por un tiempo hasta que el cuerpo proteste porque con ese alimento no es suficiente. Pero con empezar a dar pequeños pasos es suficiente por el momento. Después de todo, así aprendimos todos a caminar. Hasta la próxima.

Anexo de febrero de 2011: Hace poco volví a ver a mi compañero. Había vuelto de las vacaciones y se ve que se puso a pensar en mis palabras de volver al hobbie que tanto le gusta, porque me dijo que tenía ganas de reunir sus viejos dibujos para publicarlos en Facebook, que había vuelto a dibujar y que iba a dar clases de dibujo en un centro de su barrio. Me alegró haber hablado con él.

1 comentario:

María dijo...

Gran tira y gran reflexión. ¿Por qué nos costará tanto el cambiar el chip de "vivir para trabajar" por el de "trabajar para vivir"?
Me viene también ahora a la cabeza leyendo el artículo el estribillo de la canción de Chambao: "poquito a poco aprendiendo que no vale la pena andar por andar, es mejor caminar p'a ir creciendo"
Ojalá fuéramos siempre capaces de hacerlo.

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