martes, 22 de junio de 2010

Carpe diem



Para que contar el tiempo que nos queda
Para que contar el tiempo que se ha ido
Si vivir es un regalo y un presente
Mitad despierto, mitad dormido.
Andrés Calamaro

“Hay que tener claro que se puede ser creativo en cualquier lugar y que hay que saber aprovechar los momentos. (…) Aproveche sus tiempos muertos y haga algo productivo”
Sergio Bulat, El arte de inventarse profesiones, Empresa Activa

Me imagino que debe haber mucha gente con ganas de hacer cosas creativas, diferentes a las estructuradas tareas laborales. Pero la excusa para no hacerlas es siempre la misma: ¡No tengo tiempo! En su libro
Ilusiones, Richard Bach dice Justifica tus limitaciones y ciertamente las tendrás. Tiempo hay, solo hay que saber encontrarlo y saber administrarlo.
¿Qué es más difícil? ¿Administrar dinero o administrar el tiempo? Seguramente si un amigo en apuros recurriera a nosotros para pedirnos dinero, se lo daríamos si está a nuestro alcance ayudarlo, pero si nos dijera que nos necesita disponibles por ocho o más horas, cual sería nuestra respuesta? Difícilmente alguien pueda prescindir de ese tiempo.
¿Por qué tanto hincapié en la administración del tiempo? Porque es lo más valioso que tenemos. No puede ser ahorrado de la misma forma que el dinero. Podemos perderlo, pero no recuperarlo. No se puede comprar el tiempo. Nadie sabe cuanto tiempo va a disponer. Por eso no hay que desperdiciarlo, hay que aprovecharlo siempre que sea posible. Yo tengo por costumbre llevar un libro a todos lados. Si tengo que viajar en subte o en colectivo, hacer cola en el banco, o permanecer en una sala de espera del médico, siempre puedo aprovechar estos “tiempos muertos” haciendo algo que para mí es sumamente placentero. Cuando leo me sumerjo en otros mundos, conozco historias, me emociono o aprendo algo nuevo.
También tengo la costumbre de llevar una libretita en mi mochila para anotar todo lo que se me pueda ocurrir. Parte de esto, por ejemplo, lo escribí en un colectivo. Y no estaba cómodamente sentada. Estaba parada y con un caño clavado en la cadera. No es muy cómodo escribir así, pero la inspiración puede aparecer en cualquier momento y lugar, y tampoco conviene desperdiciarla.
No se confundan.
No estoy diciendo que sea una obligación llenar con una actividad cada minuto de nuestras vidas. Nadie quiere vivir así, y sin embargo, muchos lo hacen. Solo que en vez de llenar el tiempo con actividades placenteras, la llenan con obligaciones. El ritmo de vida acelerado al que nos hemos acostumbrado nos lleva cada vez más a resignar lo que queremos por lo que debemos hacer. El trabajo suele ser nuestra prioridad (más por necesidad y por obligación que por el deseo de hacerlo) y muchas veces debemos resignar tiempo con la familia, con los amigos, con la pareja, y hasta con nosotros mismos, por cumplir con nuestras obligaciones en tiempo y forma.
Y gracias al afán de necesitar cumplir con todas nuestras obligaciones, también terminamos resignando tiempo de descanso. Todo lo cual nos lleva a padecer problemas de salud.
Creo que para mejorar nuestra calidad de vida es imperativo lograr un saludable equilibrio.
Aprovechar nuestro tiempo no significa agregar más obligaciones a nuestra ya apretada agenda, sino aprovechar mejor el tiempo que disponemos.
Si tenemos dudas sobre que nos conviene hacer, siempre conviene preguntarse primero, que es lo que nos hace sentir mejor. Segundo, que mejora nuestra calidad de vida. Y tercero, como repercuten nuestras decisiones en nuestra vida y en la de los demás.
Hay momentos que conviene aprovechar para ser productivos y creativos, y otros para descansar y reponer energías. Aprovechar un día también puede ser no hacer absolutamente nada, si eso es lo que deseamos. Un día de descanso también está bien aprovechado, si lo necesitamos. Les confieso que eso es lo que hice el feriado de ayer. Hasta la próxima.

No hay comentarios:

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...